24
de febrero de 1946
Las elecciones habían sido anunciadas para el
mes de abril del siguiente año, cumpliendo con un decreto firmado por
el Presidente Edelmiro Farrell. Sin embargo, el 1° de diciembre, el
nuevo el gobierno adelanta la fecha imprevistamente, para el día 24 de
febrero, con el fin de perjudicar electoralmente el nuevo movimiento
social y político en formación. El 24 de febrero de 1946 señala el inicio de
una constante que el Peronismo va a recorrer durante toda su historia en
las elecciones presidenciales: siempre llegó al Gobierno de la Nación
por el voto popular y sin proscripción de ninguna persona o partido político
y siempre fue desalojado del Gobierno mediante golpes de Estado. Fue proscripto de elecciones presidenciales en
dos oportunidades como partido, en 1958 y en 1963, y en la persona de su
líder en 1973. Sólo perdió en una oportunidad, en 1983. En
este caso, el Peronismo acató el resultado con ejemplar espíritu
democrático y volvió triunfante en la siguiente elección presidencial
de 1989 con Menem como
candidato. Algunas propuestas políticas de la actualidad
recomiendan no mirar hacia atrás en la historia electoral presidencial
de la Argentina. Se argumenta sobre el temor de estancarse en el pasado
si se mira mucho lo ya ocurrido, pero de lo que realmente se suele
tratar es de ocultar anteriores posturas políticas que sobrellevan
graves culpas antidemocráticas. Visto desde la objetividad de la investigación
histórica mirar el pasado es reencontrarse con la identidad, es decir
con la verdad de lo que se es, pues la identidad de cada persona, de
cada sociedad o de cada partido político, también es producto de su
historia. Es decir, sabemos quienes somos, o quiénes son los otros,
observando también la historia que recorrimos o recorrieron, y ante
ello de nada valen las excusas discursivas pronunciadas a posteriori. Y si de avanzar hacia el porvenir se trata, no
olvidemos que para entrar en el futuro es necesario tomar envión desde
la historia. Por fortuna el Peronismo tiene esta historia que
aquí recordamos y que, sin duda, es única en la Argentina política
por su origen democrático basado siempre en el voto popular sin
proscripciones partidarias ni personales.
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